lunes, 19 de octubre de 2009

NOTRE DAME Y LA INMORTALIDAD DEL ARTE




Nadie duda que una de las más bellas realizaciones de la arquitectura de occidente es la catedral de Notre Dame, en el mismo lugar de nacimiento de París, la pequeña pero excepcional islita de Lutecia.
Conocimos esta hermosa joya arquitectónica un día de marzo, exactamente el día que cumplíamos 26 años. Nuestra emoción fue espectacular desde la visión de la imagen exterior, tantas veces vista en los libros, ahora en vivo. En el interior, la majestuosidad creció mucho más en nuestra percepción. Recorrer los vitrales era una visión alegre y fenomenal del cristianismo. A la vez, pudimos percibir que ese trabajo anunciaba lo que con el correr de los años daría un paso cada vez más claro de la imagen fija, a la semifija y a la de pleno movimiento. El paso era clarísimo. El uso del tiempo para trascender hasta la creación del cine y la televisión, hasta las tecnologías del mundo virtual ahora.

Una de las ediciones de L'Osservatore Romano en español, nos obsequia precisamente una crónica acerca de la vida de Notre Dame, breve y esencial.

Una de las más destacadas obras maestras de estilo gótico en Europa
LA CATEDRAL DE NOTRE DAME
La catedral de "Notre Dame" de París, dedicada a la Madre de Dios, está situada en la pequeña isla de la ciudad, rodeada por el río Sena. Se trata de una construcción de estilo gótico y representa uno de los edificios más destacados de este arte.

En el subsuelo de la catedral de "Notre Dame"se encuentran restos de tres antiguas construcciones: un templo romano y dos basílicas de los siglos IV y VI. La nueva catedral fue construida por iniciativa del entonces obsipo de París, Mons. Maurice de Sully, y la primera piedra fue colocada por el Papa Alejandro III, en el año 1163.
La fachada de la catedral se concluyó en el año 1218 y las torres, en 1245. Sus dimensiones son: 130 m de largo, 48 m de ancho, 36 m de altura interna y 69 m de altura externa. Tiene capacidad para acoger a 6500 personas.
Los cuatro rosetones, colocados sobre una gran balaustrada, son auténticas obras maestras. Se trata de grandes flores de piedra y cristal de trece metros de diámetro. La flexibilidad del plomo permite a las vidrieras adaptarse al viento, mientras que la rígida estructura de piedra y de hierro sostiene el conjunto.
Detrás del coro se encuentra "la Piedad", obra de Coustou, que recuerda la consagración de Francia a la Virgen María, por iniciativa de Luis XIII. Este voto a la Virgen se recuerda cada año el día 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María, con una procesión pública. La imagen de "Notre Dame de París" es del siglo XIV.
El templo sufrió modificaciones a lo largo de los siglos. En el año 1795, durante la revolución francesa, y bajo el culto de la razón, fue saqueada y quedó deteriorada; sus tesoros fueron robados, y se convirtió en almacén de alimentos; entonces se le denominó "templo de la razón". Al florecer la época romántica, la catedral se comenzó a ver de un modo totalmente diferente y, en el año 1844, se dio inicio a una etapa de restauración.
La catedral parisina es testigo del paso de grandes figuras: en ella predicaron santo Domingo de Guzmán, en el año 1229, y san Francisco de Sales, en 1602. Además, fue honrada con la visita del Papa Pío VII. El cardenal Eugenio Pacelli -que ocuparía más tarde la cátedra de Pedro con el nombre de Pío XII- predicó en este templo en el año 1937. Juan Pablo II, durante su primer viaje apostólico a Francia, presidió en ella el "Te Deum" el 30 de mayo de 1980.